martes, 1 de febrero de 2011

Fundamentos para la planeación estratégica

Si no sabes a dónde vas, cualquier camino te conduce allí. Se trata de un proverbio atribuido al Corán, y uno que frecuentemente se aplica a las situaciones en las que nos encontramos a nosotros mismos como administradores. ¿Quiénes somos?, ¿,por qué existimos? y hacia dónde vamos? son preguntas fundamentales que los administradores necesitamos preguntarnos de cuando en cuando para asegurarnos de que nosotros y las empresas de las que somos responsables mantengamos los esfuerzos debidamente enfocados.

De hecho, enfoque es, probablemente, la única palabra importante en el diccionario de la planeación. Una de las razones más importantes para tener un plan es evitar el desperdicio de nuestras fuerzas en afanes de muy poca o ninguna contribución a nuestra razón de ser. Una de las críticas a veces justificables del proceso de planeación es que éste tiende a ser más analítico que intuitivo. En realidad, tanto la intuición como el análisis son esenciales para una planeación efectiva.

Así, el proceso debe verse como un medio continuo entre estos dos extremos. Su posición en el continuo puede variar radicalmente, dependiendo de dónde se encuentre usted en el proceso de planeación.

Una de las razones para dividir este tratamiento del proceso de planeación en tres partes separados es describir y resaltar el significado de estas variaciones en los procesos del pensamiento, dicho de manera sencilla, la porción de pensamiento estratégico del proceso depende en gran medida de la intuición con sólo una modesta cantidad de análisis; la porción de planeación a largo plazo necesita un equilibrio entre los dos, y la porción de planeación táctica depende en gran medida del análisis que se ayuda de la intuición en calidad de control y equilibrio, principalmente.

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